El buzo se sumergió a unos 30 a 40 metros de profundidad, y luego volvió a bajar hasta los 18 metros. Cuando termina esta faena a las 3 de la tarde empieza a sentir algunos síntomas de mal de presión, que son muy notorios, dolor de pecho, de los brazos y respiración entre cortada. Luego fue trasladado a diferentes centros hospitalarios de la zona salmonera que no cuentan con equipamiento para la recuperación de estos males.
Chiloé de Chile, 06 de mayo de 2008. (Ecoceanos News)—Los incumplimientos al Reglamento de Buceo para Buzos Profesionales, como sobrepasar los límites de profundidad autorizados, falta de equipamiento y carencia o inadecuada implementación de los planes de contingencia, siguen causando graves accidentes y muertes en los centros de cultivos de la industria del salmón.
El viernes 25 de abril se produjo el más reciente siniestro fatal que cobro la vida de Nelson Andrés Rebolledo Bustamante, de 29 años, mientras se desempeñaba en un centro de cultivo de la compañía salmonera Cultivos Marinos Chiloé, ubicado en el Archipiélago de las Butachauques, al sur de Quemchi en Chilé central.
Este es el tercer buzo salmonero que fallece luego de realizar faenas en jaulas salmoneras y es el trabajador acuícola numero 54 en la larga lista de fallecidos desde 2005 en este sector exportador.
Según la versión del Sindicato de Buzos Profesionales de la 10ª Región, la compañía cometió graves infracciones a la normativa. El presidente del Sindicato, Cristián Soto, informó a Ecoceanos News que “el buzo se sumergió a unos 30 a 40 metros de profundidad, y luego volvió a bajar hasta los 18 metros. Cuando termina esta faena a las 3 de la tarde empieza a sentir algunos síntomas de mal de presión, que son muy notorios, dolor de pecho, de los brazos y respiración entre cortada”.
El mal de presión o EDI (Enfermedad por Descompresión Inadecuada), se produce cuando la persona está sometida a altas presiones por períodos prolongados, lo que provoca una mayor concentración de nitrógeno en la sangre.
Pese a ello, según denuncia el Sindicato, a las 6 de la tarde el buzo fue trasladado hasta el primer centro asistencial. El dirigente denunció que “el buzo no recibió atención médica en el Hospital de Castro porque el lugar no cuenta con una Cámara Hiperbárica”. Agregó que cerca de las 3 de la madrugada el trabajador murió en la Clínica Puerto Montt, que tampoco tiene el equipo que sirve para dar tratamiento a los buzos, que sufren del mal de presión.
Cristián Soto afirmó que “un buzo que sufre mal de presión se puede salvar, pero al parecer la compañía ni siquiera contaba con un plan de contingencia”
La familia de la víctima inicio acciones legales en contra de la empresa salmonera.
GRAVES VIOLACIONES A LA NORMATIVA
En entrevista con Ecoceanos News, Patricio Brevis, instructor y buzo comercial, afirmó que “en este accidente, hubo varias violaciones a la normativa bastante graves”. Explicó que “cada empresa debe solicitar a la Autoridad Marítima el permiso de buceo donde deja constancia de la obligación y la responsabilidad de cada participante en el team de buceo. Cada inmersión debe contar con un permiso de buceo donde se debe respetar el límite de la profundidad que está autorizado”.
Agregó que “si alguien quiere bucear a más de 20 metros de profundidad debe tener los equipos que se denominan abastecidos desde superficie, que constan de una consola de control, un umbilical especial, una máscara con comunicación, una botella de emergencia, entre otros implementos”.
Sin embargo, aseguró Brevis “normalmente las empresas contratistas de buceo pequeñas no tienen la solvencia económica para comprar los equipos de buceo intermedio o abastecidos desde superficie, por lo tanto están limitados a bucear siempre hasta 20 metros de profundidad”. Esto, independiente de la matrícula del buzo.
El especialista denunció que “es frecuente que soliciten permisos para bucear hasta 20 metros y sobrepasen ese límite”.
Cabe consignar que la instalación de las mallas peceras en las balsa jaulas superan esa profundidad. Las redes loberas llegan incluso a los 60 metros.
El buzo comercial Nelson Rebolledo se desempeñaba como supervisor de buceo para la empresa Servicios Sermanut de Ancud, subcontratista de Cultivos Marinos Chiloé. Al respecto, Patricio Brevis sostuvo que “el Reglamento de Buceo dice que el supervisor de buceo no debe sumergirse en la faena que está supervisando. Si esto llega a ocurrir debe haber en superficie dos buzos de igual o superior categoría. En este caso, dos buzos comerciales, uno que desempeñe la labor de supervisor y por el hecho de superar los 20 metros de profundidad se debe incorporar un buzo de emergencia”.
Además, “en teoría la Autoridad Marítima no entrega un permiso de buceo si la empresa solicitante no cuenta con un plan de contingencia. Por los datos que se manejan en este caso ni siquiera se informó adecuadamente del accidente del buceo. Hay descoordinaciones tremendas. De hecho, ocho horas demoró el prestarle asistencia médica al buzo desde el minuto que ocurrió el accidente hasta que llegó a Puerto Montt”.
FACTORES DE RIESGO
Brevis explicó que “uno de los principales factores que inciden en la ocurrencia de enfermedades del buceo es el sobrepasar los límites de profundidad autorizados, siendo 20 metros para buzos básicos, 36 metros para buzos intermedios y 40 metros para buzos comerciales si no tienen cámara de descompresión en el lugar de trabajo”.
El experto agregó que “el otro factor que está influyendo es la falta de capacitación técnica adecuada en el empleo de los equipos de buceo abastecidos desde superficie, porque el Reglamento exige un curso básico donde al trabajador se le enseña el uso del equipo y no la técnica de buceo para la implementación de este nuevo equipamiento”.*****FIN*****
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