FEDERACION DE SINDICATOS DE QUELLON CHILOE

Bajo fuego cruzado se encuentra la principal actividad económica del sur.

Cuando aún se masticaban los resultados del informe "Cultivando pobreza, condiciones laborales en la salmonicultura", dos nuevos estudios realizados por las ONG Océana y Veterinarios sin Fronteras, insistieron en las deficiencias que enfrentan los trabajadores de la actividad.

Se trata de los documentos "Salmonicultura y derechos humanos. Violación sistemática", realizado por Océana y "Salmones en Chile. El negocio de comerse el mar".

En ambos se cuestiona el modelo de desarrollo de la actividad y las excesivas complicaciones que enfrentan quienes dan vida al rubro.

DERECHOS FUNDAMENTALES

En su texto, Océana trata de explicar cómo la salmonicultura violaría los derechos de los consumidores, los trabajadores, las mujeres, pueblos indígenas y del medio ambiente, aunque se trata de garantías reconocidas en la Constitución.

Ante ello, se apela a un mayor énfasis de la responsabilidad social empresarial que le cabría a cada compañía, una mayor fiscalización de las autoridades y un fortalecimiento de la sociedad civil, a fin de poder exigir el cumplimiento de obligaciones.

Pueden distinguirse siete puntos en cuestión relacionados a la violación de derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales, de "segunda generación", como la propiedad de sindicalizarse y hasta de "tercera generación", relacionados a los pueblos indígenas, o de los consumidores, respecto de la seguridad alimentaria.

También se destacó que la Dirección del Trabajo, no tiene los elementos suficientes para fiscalizar, lo que se repite con el cumplimiento de las distintas disposiciones del Reglamento de Acuicultura.

"Océana concluye que estas violaciones se producen al no respetar derechos fundamentales del trabajador, como contar con un ambiente de trabajo seguro , tener un horario de descanso adecuado y libertad para asociarse y sindicarse", se explicó.


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